No negamos la muerte, reivindicamos la vida más allá de lo biológico, no desde lo sobrenatural sino desde lo histórico, es decir, creemos con profunda convicción, en palabras de Rubén Blades, que la peor muerte es el olvido, que uno muere cuando lo olvidan. Por tanto las víctimas están presentes en lo que hacemos y cuanto aprendemos a amar de ellos y ellas.
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